Famosos y sus bicis: Audrey Hepburn y sus bicicletas clásicas

Son muchos los famosos que eligen la bicicleta como medio de transporte tanto por su comodidad como por su ecología, pero muchos lo hacen también por disfrutar de una sensación de libertad que en ocasiones nos transporta hasta nuestra infancia. Hoy en día gracias a la magia de internet cuentan con la facilidad de comprar bicicletas clásicas online, beneficio del que sin duda se hubiera aprovechado la gran actriz de la que vamos a hablar hoy, por el especial interés que demostró en mantener su vida privada alejada de los medios.

La gran (grandísima) Audrey Hepburn será siempre recordada por sus papeles en Broadway (Gigi) y películas como Vacaciones en Roma (que le valió un Oscar), My Fair Lady, Charada y, especialmente, su papel de la excéntrica Holly Golightly en Desayuno con Diamantes.

Audrey Kathleen Hepburn-Ruston nació en 1929 en Bélgica, de padre inglés y madre holandesa. Su ascendencia materna (su madre fue la baronesa Ella Von Heemstra) sin duda fue la que marcó su gran afición a la bicicleta, y es que en Holanda, donde pasó parte de su infancia y juventud, el “parque móvil” de dos ruedas alcanza proporciones épicas.

Imitada por muchas jóvenes actrices incluso en la actualidad, Audrey fue una estrella fuera de lo común. Al contrario de lo que suele ocurrir con otras celebridades hollywoodienses que gustan de airear su vida privada, el éxito no hizo más que acrecentar su introversión, y lejos de las lujosas mansiones de sus compañeros de profesión ella prefirió mantener su residencia en una pequeña casa cultivando su propio huerto. Rechazó en todas las ocasiones en las que se le presentaron contratos con numerosas firmas de todo tipo que solicitaban su imagen, incluso se negó a ser imagen de Tyffany’s, la famosa joyería ante cuyo escaparate desayunaba cada día el personaje que interpretó en su película más universal.

Sencilla e introvertida, Audrey fue una persona marcada profundamente por una angustiosa adolescencia durante la Segunda Guerra Mundial, una experiencia que según ella misma aseguró fue tremendamente similar a la relatada en el Diario de Anna Frank. Como ella, uno de sus mayores sueños en sus días de hambre y encierro era montar en bicicleta, pasear, reír y disfrutar de un paseo por el campo.

Gracias a los archivos fotográficos hemos podido comprobar que Audrey adoraba las bicicletas clásicas, especialmente si la acompañaba alguna de sus mascotas. Como puede verse en las imágenes, montada en bici, una de las mejores actrices de todos los tiempos era una sencilla joven disfrutando de la vida.

Su afán de privacidad llevó a Audrey a alejarse de la industria cinematográfica durante años, apareciendo esporádicamente en proyectos puntuales, en su mayor parte como secundaria, sin duda impulsada por sus numerosas amistades. Todos los que trabajaron con ella mantuvieron una estrecha amistad durante años, y se mostraban especialmente impresionados por su sentido del humor, su cercanía y unos valores que la llevaron a ser una activa embajadora de Unicef.

Una persona admirable, tanto dentro como fuera de la pantalla que se ha convertido en un mito y que para nosotros, naranjit@s, es todo un ejemplo.